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Marsias imaginario

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En qué estaría pensando Marsias aquel mediodía de verano, cuando la diosa dormía la siesta a la sombra de un castaño. En qué estaría pensando, él, que habiendo nacido de la baba de un sileno, poseía el destino de las ninfas y de las bestias. Le habrá confundido, quizá, con una mortal, con una codornisa vuelta hembra por un hechizo, o acaso con una dríade. No podía saber que la diosa desnuda bajo el árbol se hacía la dormida, avisada por una araña que le mostró su rostro en las gotas de agua que colgaban de su tela. Su respuesta al aviso no fue más allá de un ligero remoloneo sobre la tierra fértil que le servía de lecho, y un viento a la altura del plexo. Con el pie apartó su égida de la vista del sátiro, mientras a punta de pulgar convertía el arco en una cobra y las flechas en culebras que fueron tragadas por la tierra. Nada delataba su condición de diosa, salvo su androginia de hombros anchos y esas caderas cuyos huesos le sobresalían de la curva del vientre, como sobresalen

Margalit Matitiahu / El desierto

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El desierto infinito, las montañas altas y afiladas araron mis deseos... En las paredes de mi habitación asolada se transparentan los espacios de mi desierto interior. Como una bailarina enloquecida y descalza hago crecer en el calvero la fruta salvaje del espíritu. Margalit Matitiahu (poeta israeli) Traduccion: Carlos Morales

Veneno de hormigas

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Pampa Mito... (no te quejés, flaco, que acá fumigan también, sólo que es más sutil). Vean mi tierra... esa Pampa de planisferio que sale de fondo es la tierra donde nací -bueno, cerca- y el chico que está hablando es un neo-gaucho ex creyente denunciando el ominoso destino del campero marplatense: las fumigaciones . Así como lo oyen: a esta gente la fumigan . Los asesinos no se guardan, como aquí, de ocultarlo: como ya es costumbre por ese lado del mapa, no se van con disimulos. El sueño del glifosato produce cíclopes: +info Cortesía RSA Photo/post: Tim Biskup (trucada por la autora del blog).

El silencio

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Visto lo visto,    guardar   silencio y   callar   viene a ser cosa de mujeres y de niños, cuando no de enfermeras.  Imposible admitir un silencio sin alternativas. Como todo, él también está en pugna. Nota:   mis pesquisas por encontrar una imagen que se adecuara a este post fueron infortunadas, pero di con imágenes de este tipo.

Pastel de manzanas con canela al ron.

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Para Christian Hablo de Artaud y de sus cables conectados a las piedras de un abismo iluminado. Del monje francés turista perpétuo de Sodoma, Villòn, que se escondió tan bien de la historia que hasta Gomorra le perdió el rastro. Hablo de Henry, que nunca durmió bajo un puente, ¿cómo iba a hacerlo, si Anaïs le preparaba el tálamo cada noche en las riberas oscuras del Pont Neuf? (dijeron que era un pornógrafo, pero hubo vulvas parlantes que no escamotearon jamás esa cara que parecía una roca: algo tendría Henry por mucho que se le retorcieran los magistrados). Hablo de Armando Buscarini, que vendía sus poemas al precio de una zambullida por el acueducto, cuando los alcaldes de Madrid no pensaban aún en frustrar las aspiraciones de los desesperanzados. Hablo de Delmore Schwartz y su coma etílico en quién sabe qué hotel del gran Sahara neoyorquino. Delmore se fue lentamente, dejando un discípulo: Lou Reed, al que después de los conciertos dos gorilas empotraban en una limusina, que

Jac et le takeifa

Vuelvo a subir este video a pedido de sus autores, ya que al parecer ha sido desactivado. Son de Senegal y se llaman JAC ET LE TAKEIFA . Estos niños del Sol hacen una música relajante y no tan relajante, y tienen un compromiso con la excelencia. Estarán de gira por Europa entre abril y setiembre, y me invitan a compartir con ellos el fuego de Melpómene en su próximo concierto. Uno de los objetivos del Kosmonauta es difundir el trabajo de artistas emergentes, así que aquí va... ¡Thank you Anouk! Lo prometido es un hecho...

Antonin Artaud / Los Tarahumara.

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Así pues, sentí que había que remontar la corriente y estirarme en mi preconsciente hasta el punto en que me viese evolucionar y   desear.   Y hasta allí me condujo el Peyote. -Conducido por él, vi que lo que soy tuve que defenderlo antes de nacer y que mi Yo no es sino la consecuencia del combate que libré en lo Supremo contra la mentira de las malas ideas. Y por mucho que los seres balbuceen que las cosas son así y que no hay nada más que buscar, yo, por mi parte, veo que han perdido y que desde hace mucho tiempo   no saben lo que dicen, pues ya no saben dónde han ido a buscar los estados con los que se tienden por encima de la ola de ideas y en los cuales se toman las palabras por hablar. La explicación reside en el hecho de que, efectivamente, hace siglos sus pensadores abdicaron como ellos ante ese esfuerzo de honor que consiste en merecer la propia conciencia, cuando se sabe dónde hay que ganarla. -El incosciente no me pertenece, salvo en sueños, y además todo lo que en

Un día

Un día... un día cualquiera... el futuro siempre está inconcluso todo es posible ahí. Mujer-gnomo Mujer que se despeja ante un espejo Mujer-que-no-se-teme-a-si-misma se ríe. Video-post: Juana Molina, Un día.

Albert Camus: Sísifo

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Si el hombre reconociera que también el universo puede amar y sufrir, se reconciliaría. Si el pensamiento descubriera en los cambiantes espejos de los fenómenos unas relaciones eternas que pudiesen resumirlos y resumirse ellas mismas en un principio único, cabría hablar de una felicidad espiritual de la que el mito de los bienaventurados no sería sino un ridículo remedo . Hasta aquí, Camus se sitúa en el territorio de la poesía; aunque vencido por su vena intelectual, continúa: Esta nostalgia de unidad, este apetito absoluto ilustra el movimiento esencial del drama humano. Pero que esa nostalgia sea un hecho no implica que deba ser mitigada de inmediato. Porque si, franqueando la sima que separa el deseo de la conquista, afirmamos con Parménides la realidad del Uno (sea cual sea), incurrimos en la ridícula contradicción de una mente que afirma la unidad total y prueba con su misma afirmación su propia diferencia y la diversidad que pretendía resolver. Este otro círculo vicioso b

H.I.J.O.S en Madrid. Todos los que aún estamos aquí

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La poesía es pan para hoy y hombre para el maniana. (Totema) Martín Poni Micharvegas no es sólo una persona digna de verse y leerse, sino todo un personaje. Poni llama la atención al entrar, con su pintoresco chambergo de fieltro, su larga gabardina sesentera y su pelambre de incuestionable asambleario de la vieja guardia –única y verdadera guardia, quizá- de mitad de los ’60. A sus gloriosos setentaycuántos, es lo que en estos tiempos de utopía ya muerta según Lipovetsky and Company, llamaríamos un romántico. Sin embargo, el Poni no puede ser más real. Le conocí ayer, de forma casual, en una performance que se hizo en cierta sala muy malharrense del barrio de Lavapies, en Madrid –para quien todavía no lo sepa, la Malharro es la escuela donde estudié Bellas Artes allá por los ’90-, celebrada por el grupo H.I.J.O.S, Casa Argentina de Madrid y CE-AM (Comisión de argentinos exiliados en Madrid), a propósito de los 34 años de la dictadura videliana. Se trataba de una reunión senc

En la fragua de Vulcano

De la mano del poeta, editor y crítico Carlos Morales, recibí hace un tiempo un puñado de libros de la Editorial El Toro de Barro . Luego de leer Coexistence, le envié un e-mail donde ponía: Creo que Coexistence es sencillamente demoledor. No sé si el epíteto es el correcto, pero es fiel reflejo de la manera en que me ha afectado. Una perla negra en el yerbal. Y es grande el yerbal. La perla, en cambio, es preciosa. No hemos tenido oportunidad, aún, de conversar en profundidad sobre esos libros. Libros cuya austera edición, hecha se ve que a base de sacrificios y con el capital justo y necesario como para que salieran a la luz anaranjados y relucientes, con su logo a la vieja usanza y su colofón que incluye no sólo la fecha de impresión, sino la festividad que se celebraba ese día, me han producido una emoción que roza con la reminiscencia. No sé por qué, al primer vistazo he pensado en Vulcano, aquel dios de las fraguas, el artesano de los dioses, forjador del hierro, escultor, socio

El caníbal se vende por calderilla

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He quitado la televisión. Ahora sólo veo películas. En lo posible, comedias. Aunque, bueno, si se pretende un humor del más negro la verdad es que la tele da mucho de sí. Por eso, cuando he visto que la policía tiene derecho a violar la propiedad privada de cualquiera para arrestar a un simpapeles (negro, por supuesto), en TVCuatro crean un programa donde un "indígena" le dice a la periodista: "Oye, Andrea, ¿no ves que me estresas?", y todo el mundo ríe, he pensado que bien podría quitar la tele. Aparece la monísima Nuria Roca haciendo la publi: "Ven a vivir con nosotros la aventura más... SALVAJE". Si miras TVE a la hora del telediario, te saldrá una periodista rubia con flequillito recién pasada por maquillaje hablando, como es natural, de la Crisis. Entonces he pensado: quito la tele. Y sí, la quito, porque hay quienes estamos hasta lo que no cabe en palabras de tanta hipocresía y tanta boñiga, que ya empieza a oler. Pero me río. Me río con los dien

ParaCelso

Cuando estaban las brujas el árbol se conocía por su fruto. Con celo guardó Paracelso sus tabletas de Roscellus, en el arcón quemado de las brujas con el gólem, el árbol y el fruto. Oh gran Paracelso, astrum in corpore padre fundacional del humúnculo abuelo del hombre de jenjibre del autómata, del cyborg y del alien ladrón de grimorios y pociones que de su puño y letra y con tinta de huesos, escribiera: sírvase un puñado de corteza de mandrágora treinta gramos de semilla de beleño semilla de adormidera blanca, otros treinta y de semilla roja otros treinta más, macháquese y póngase en agua (de fuente) un litro, luego cuézase hasta que se consuma la tercera parte cuélese y añádase a la coladura azúcar muy blanco, cuézase de nuevo hasta que el azúcar quede casi inconsistente, siete gramos con seis de nuez moscada y otros siete de galia almizclada con madera de aloe en igual medida corteza de mandrágora al once y al once la semilla de beleño con la semilla de adormidera roja y de la otra,