Feliz Navidad
En esta noche Navidad, noche posterior al brindis obligado de Nochebuena, a la cena de ritual y a las luces del árbol, escribo el último post del año. Es un poco un mensaje dentro de una botella que es dada a la mar como una suerte de exorcismo y declaración, si se quiere, de nuevos principios.
Ha sido un año próspero, y no lo digo por el dinero –que como siempre, escasea- sino por todo lo demás. Es decir por lo verdaderamente importante. Ha sido un año próspero en nuevos amigos, mayor inspiración, estudios e investigaciones nuevos y reveladores, lecturas iluminadoras, viajes esclarecedores, experiencias inefables en el ir y venir hacia dentro en constante presencia del yo, del tú, del nosotros... en defnitiva, de nuevas y más firmes naves en vías de una renovadora re-construcción. War is over.
La culpa por el autoexilio ha sido voluntariamente desterrada de mi sistema y enviada a la papelera de reciclaje. Ésa, la culpa, era la única parte del destierro que puedo considerar forzoso. El autoexilio ha sido, lógicamente, voluntario, y ahora que la culpa es arrojada al sitio donde es mejor que se arrojen todas las culpas (la papelera), puedo gritar a los cuatro vientos que no tengo la menor intención de regresar. Que te sigo queriendo, país, pañuelo sucio, y aunque siempre haya algo que sentir, ahora mi perspectiva es mayor, se ha enriquecido, y si volviera a tus costas me volvería a encoger.
Y no porque seas Argentina, con tu identidad y tu spleen natural, no. Daría igual que fueras Nigeria, Tailandia, Bélgica o Nueva Zelanda. Cualquiera sin complejo de madrepatria o eurocentrismo sabrá comprenderme: cuando tomas distancia de la isla, tarde o temprano acabas observando, al principio con perplejidad, y luego con todo detalle y sostenido, las múltiples caras del poliedro.
No quisiera tener que extenderme en este post para explicarlo. Para qué, si es la historia de siempre. Si es la gran comedia humana que vuelve a repetirse cada día y en todos los rincones de la tierra en los bolsillos de cualquier caminante que se pasea por un parque, en un niño que abre por primera vez su primer cuaderno para escribir su primer verso. Así que, ¿para qué extenderme en algo que está más claro que el agua?
Siendo, pues, la una y media del 25 de diciembre de 2009, a días del comienzo de un nuevo ciclo de 365 -en el que no estaré presente para escribir este pot, ni ningún otro, esa noche salgo a celebrar mi alumbramiento- os deseo a todos, a los de aquí y a los de allí, es decir a todos, una Feliz Navidad.
Ha sido un año próspero, y no lo digo por el dinero –que como siempre, escasea- sino por todo lo demás. Es decir por lo verdaderamente importante. Ha sido un año próspero en nuevos amigos, mayor inspiración, estudios e investigaciones nuevos y reveladores, lecturas iluminadoras, viajes esclarecedores, experiencias inefables en el ir y venir hacia dentro en constante presencia del yo, del tú, del nosotros... en defnitiva, de nuevas y más firmes naves en vías de una renovadora re-construcción. War is over.
La culpa por el autoexilio ha sido voluntariamente desterrada de mi sistema y enviada a la papelera de reciclaje. Ésa, la culpa, era la única parte del destierro que puedo considerar forzoso. El autoexilio ha sido, lógicamente, voluntario, y ahora que la culpa es arrojada al sitio donde es mejor que se arrojen todas las culpas (la papelera), puedo gritar a los cuatro vientos que no tengo la menor intención de regresar. Que te sigo queriendo, país, pañuelo sucio, y aunque siempre haya algo que sentir, ahora mi perspectiva es mayor, se ha enriquecido, y si volviera a tus costas me volvería a encoger.
Y no porque seas Argentina, con tu identidad y tu spleen natural, no. Daría igual que fueras Nigeria, Tailandia, Bélgica o Nueva Zelanda. Cualquiera sin complejo de madrepatria o eurocentrismo sabrá comprenderme: cuando tomas distancia de la isla, tarde o temprano acabas observando, al principio con perplejidad, y luego con todo detalle y sostenido, las múltiples caras del poliedro.
No quisiera tener que extenderme en este post para explicarlo. Para qué, si es la historia de siempre. Si es la gran comedia humana que vuelve a repetirse cada día y en todos los rincones de la tierra en los bolsillos de cualquier caminante que se pasea por un parque, en un niño que abre por primera vez su primer cuaderno para escribir su primer verso. Así que, ¿para qué extenderme en algo que está más claro que el agua?
Siendo, pues, la una y media del 25 de diciembre de 2009, a días del comienzo de un nuevo ciclo de 365 -en el que no estaré presente para escribir este pot, ni ningún otro, esa noche salgo a celebrar mi alumbramiento- os deseo a todos, a los de aquí y a los de allí, es decir a todos, una Feliz Navidad.
Comentarios
Y no hay remedio¡¡ No hay remedio ni laceración inteligente que nos los devuelvan. Pero tampoco hay que echarlos de menos. Lo bueno se quedará prendado a nuestra córnea vital y lo malo quedará prendado en el limbo de nuestras pesadillas para volver a nosotros en aquellos momentos bajos, sin defensas.
Yo en estas fechas quiero volver a ser niño, un niño feliz de juguetes imaginarios y sueños imposibles. Porque son justamente estos sueños imposibles los que me han mantenido vivo en esta vida compartida por tantos que como yo solo aspiran a seguir adelante luchando y librándose de esta presión que los "grandes" quieren imponernos: Consume más, Ten más, Sé más egoista...Sé tu más bello, Más guay¡¡
Miro mis manos y veo el paso de los años, es el único lugar donde veo el reflejo del tiempo pues por arte de magia, cada vez que me miro al espejo, sigo viendo a aquel niño puro sin miedos y creo que todo sigue igual...Sin embargo mis manos sabias me devuelven a la realidad.
Vivamos la vida amiga, La vida no es sueño sino lucha. Lucha pacífica de armas romas y almas osadas.
Lucharé otro año, creo que me lo merezco¡¡
Un beso y Feliz Navidad.
Decía un viejo cuento chino que existía un hilo de seda que estaba destinado a unir a aquellos que nacieron para amarse eternamente. Tú eres un poco eso, y eso te hace distinta y, bajo mi punto de vista, un hermoso animal al que nunda sabremos cómo apreciar en lo que vale...
Un beso muy grande, Señora, pastoreadora de palabras
y me voy a México.
Carlos
El Toro
no es consecuencia repentina de un momento oscuro de desconcierto, sino todo lo contrario: es la consecuencia de largos momentos entre el desconcierto y la lucidez, de un tiempo largamente masticado que desde el exterior suele percibirse como un mal nacional, y que visto desde el backstage siempre es un fenómeno absolutamente personal.
Sin entrar en detalles, el "no regreso" es mental, no físico. Es un no-regreso a la instancia de la culpa, no se trata de un renunciamiento a la Plateada, sino a la culpa
:)
je... en fin.
Todo lo demás que dices, sobre el hilo de seda, pues me recuerda mucho a eso de ser el eslabón suelto de una cadena rota, ahí la has clavao. Me deja, también, un resabio de tristeza. La tristeza que deja el pálpito de lo inaprensible.
Lo de ser niña en Navidad se me perdió el año pasado un día antes de Nochebuena :) creo que fue en unas botas que les rompí el tacón, ahí dentro, justamente. También estas fiestas sirven para excplorar un poco en la otredad del vecino y no tan vecino.
Besos, GenjiS
¿no te ibas a México?
me alegra saber que tu perspectiva se amplía, que la Roxana que todos conocemos renace con actitud poética, que garra, siempre lista para seguir comunicando lo mejor de vos. Te deseo mucha MERD para este año, además de buena salud artística, proyectos que se realicen y todo el amor del mundo. No somos exiliados del mundo, somos CIUDADANOS DEL MUNDO, y vos sos una de esas que llevan la luz del tren... Beso beso beso!!!
Feliz Año Nuevo. O por lo menos, que no sea peor aún que éste.
Ana, me tenés en un listón muy alto... lo tuyo me sonroja (bueno... cuando me sonrojo, que cuando pasa tampoco es que se note mucho). Ha sido todo un detalle poner MERD en vez de su equivalente castellano, que en ese caso me hubiera vuelto a sonrojar :D. Muchos :+:+ :+ también para vos, negrita, con mis mejores deseos.
Paseante, no es que me vaya por mucho, me refería a que éste es el último post del año... eso, nada más. Y ya verás cómo el 2010, año del Tigre, araña bajito, tú tranquilo que no hay mal que dure 100 años ni cuerpo que lo aguante.
Primo, tanto tiempo... gracias por lo de morenaza, me encanta. Sabes que siempre puedes leerme, sea como sea.
Un abrazo a todos.
Paseante:
Si te postran 100 veces te levantas
y otras 100 y otras 10 y otras 50
no han de ser tus caídas tan violentas
ni tampoco, por ley, han de ser tantas.
(Almafuerte)
bssss