Hemisferios
La racionalidad, lo cartesiano, está metido de fondo en
nuestra cultura desde hace siglos. No es algo que podamos negar, y tampoco es
algo malo, ya que no se podría vivir únicamente de lo irracional. La pregunta
sería: ¿cómo hacer para integrarlos, sin negarlos o renegar de ambos polos?
Sobre todo, sin caer en un localismo que no integra, sino que aísla. Porque el
negar o renegar nos lleva a una nueva trampa: nos hace creer que aunque esté
ahí, parece que no estuviera. O nos enbronca a unos contra otros.