Nos dejó el maestro Miguel Ocampo (Buenos Aires,
1922). Esto fue hace apenas unos días, a sus casi 93 años, en La Cumbre, Córdoba. Descanse en paz el poeta del color.
Estaba pensando en la usura del pequeño propietario, y no en la de los bancos o las grandes corporaciones. Acá en Argentina hay una percepción del inmigrante francamente nefasta. Lo sé de buena fuente, ya que soy hija de uno. A mi padre, en los 60, le llamaban "tano pata sucia" (así les llamaban a muchos despectivamente, sólo por venir de Italia) y yo me crié con el estigma de ser hija de un tano. Eso de que somos "solidarios" refleja un deseo, y no una realidad. Pero ésta es tierra de colonos. Una especie de far-west muy al sur del mundo, con tierra pa´tirar pa´rriba que cuatro inescrupulosos compran y venden como si de canicas de tratara. Para que se entienda: el que hoy compra a 10 en Argentina, el año que viene vende a 20. Y a veces, a 30. Esto es como la fiebre del oro, siempre ha sido así. Y nadie dice nada. Se ha normalizado la usura. Cuando lo comentás, algunos llegan a decirte incluso que es lógico. La usura se ha vuelto parte del logos nacional. Hay...
Como me dijo un amigo hace años, mi padre tenía un karma movido. Su número era el 8 -el del infinito- y su signo, Géminis. Creo haber contado ya que fue ex combatiente de la II G-M, un asunto que a mis amigos les resultaba interesantísimo. Ellos le llamaban cariñosamente el tano. Una vez, siendo aún adolescente, intenté escribir su historia, pero la dejé en pleno relato de su escapada a bordo de un tren que marchaba desde su campamento, a la capital, Addis-Abeba (estuvo destinado en Etiopía por órdenes de don Benito, a quien despreciaba con un odio difuso) y que, según él mismo contaba, a mitad de camino tuvo que vérselas con una insurrección de africanos tras la toma de Etiopía a mano de los ingleses. Si dejé el relato, fue porque no podía imaginarme tal cosa sin estar en su pellejo. Sin ser un Indiana Jones, mi padre -un hombre tan pequeño como inexplicablemente fuerte- no sólo consiguió resisitir a la insurrección, sino que también resistió a la bala que se le metió por el cuello y ...
Cuenta la leyenda que Eva fue creada de la costilla de Adán y que, desobedeciendo la orden de Yavé, arrancó la manzana prohibida, la mordió, y se la ofreció a su pareja, que también mordió, con lo cual los dos fueron privados para siempre de sus eternas vacaciones en el Paraíso. La leyenda cristiana en su versión catequista se atreve a afirmar, inclusive, que Adán y Eva iban cubiertos de hojas de parra y que, una vez mordida la manzana, perdieron toda su inocencia y ya nunca más volvieron a vivir como hermano y hermana, sino como hombre y mujer. A Eva se la sentenció a parir sus hijos con dolor, a cocinar para toda su progenie y a hacer la colada por el resto de sus días -un destino que recayó sobre todas sus hijas hasta mediados del siglo XX- y Adán tuvo que buscarse las habichuelas con el sudor de tu frente a fin de dar de comer a la prole y construir un refugio de cal y canto para toda su familia. Poco se habló de Lilith, no obstante, y es injusto porque fue la primera mujer de Adán...