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El futuro testamento. Génesis, capítulo tercero

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Dije: Que haya amor en la tierra, pero no lo hubo. Dije: Que el río se disuelva en el mar, el mar en la nube, la nube en sequía y la sequía en fertilidad. Y germine pan para sostener los corazones hambrientos y hierba para los rebaños de la tierra, sombra para los exiliados en el desierto de la tristeza. Vi al hijo de Adán erigiendo sus cercados en torno a la plantación de Dios, contratando guardianes, vendiendo pan y agua a sus hermanos y ordeñando las escuálidas vacas. Dije: Que haya amor en la tierra, pero no lo hubo. El amor sólo lo poseyeron quienes pudieron pagarlo. ... Y Dios vio que eso no era bueno. Dije: Que haya justicia en la tierra: ojo por ojo y diente por diente. Dije: ¿Devorará el lobo al lobo y el cordero al cordero? No pongas la espada en cuellos de niños y ancianos. Vi al hijo de Adán matando al hijo de Adán, incendiando las ciudades, hincando su puñal en el vientre de embarazadas, arrojando los dedos de sus hijos a los caballos como heno, decoran

Marsias imaginario

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En qué estaría pensando Marsias aquel mediodía de verano, cuando la diosa dormía la siesta a la sombra de un castaño. En qué estaría pensando, él, que habiendo nacido de la baba de un sileno, poseía el destino de las ninfas y de las bestias. Le habrá confundido, quizá, con una mortal, con una codornisa vuelta hembra por un hechizo, o acaso con una dríade. No podía saber que la diosa desnuda bajo el árbol se hacía la dormida, avisada por una araña que le mostró su rostro en las gotas de agua que colgaban de su tela. Su respuesta al aviso no fue más allá de un ligero remoloneo sobre la tierra fértil que le servía de lecho, y un viento a la altura del plexo. Con el pie apartó su égida de la vista del sátiro, mientras a punta de pulgar convertía el arco en una cobra y las flechas en culebras que fueron tragadas por la tierra. Nada delataba su condición de diosa, salvo su androginia de hombros anchos y esas caderas cuyos huesos le sobresalían de la curva del vientre, como sobresalen

Margalit Matitiahu / El desierto

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El desierto infinito, las montañas altas y afiladas araron mis deseos... En las paredes de mi habitación asolada se transparentan los espacios de mi desierto interior. Como una bailarina enloquecida y descalza hago crecer en el calvero la fruta salvaje del espíritu. Margalit Matitiahu (poeta israeli) Traduccion: Carlos Morales

Veneno de hormigas

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Pampa Mito... (no te quejés, flaco, que acá fumigan también, sólo que es más sutil). Vean mi tierra... esa Pampa de planisferio que sale de fondo es la tierra donde nací -bueno, cerca- y el chico que está hablando es un neo-gaucho ex creyente denunciando el ominoso destino del campero marplatense: las fumigaciones . Así como lo oyen: a esta gente la fumigan . Los asesinos no se guardan, como aquí, de ocultarlo: como ya es costumbre por ese lado del mapa, no se van con disimulos. El sueño del glifosato produce cíclopes: +info Cortesía RSA Photo/post: Tim Biskup (trucada por la autora del blog).

El silencio

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Visto lo visto,    guardar   silencio y   callar   viene a ser cosa de mujeres y de niños, cuando no de enfermeras.  Imposible admitir un silencio sin alternativas. Como todo, él también está en pugna. Nota:   mis pesquisas por encontrar una imagen que se adecuara a este post fueron infortunadas, pero di con imágenes de este tipo.

Pastel de manzanas con canela al ron.

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Para Christian Hablo de Artaud y de sus cables conectados a las piedras de un abismo iluminado. Del monje francés turista perpétuo de Sodoma, Villòn, que se escondió tan bien de la historia que hasta Gomorra le perdió el rastro. Hablo de Henry, que nunca durmió bajo un puente, ¿cómo iba a hacerlo, si Anaïs le preparaba el tálamo cada noche en las riberas oscuras del Pont Neuf? (dijeron que era un pornógrafo, pero hubo vulvas parlantes que no escamotearon jamás esa cara que parecía una roca: algo tendría Henry por mucho que se le retorcieran los magistrados). Hablo de Armando Buscarini, que vendía sus poemas al precio de una zambullida por el acueducto, cuando los alcaldes de Madrid no pensaban aún en frustrar las aspiraciones de los desesperanzados. Hablo de Delmore Schwartz y su coma etílico en quién sabe qué hotel del gran Sahara neoyorquino. Delmore se fue lentamente, dejando un discípulo: Lou Reed, al que después de los conciertos dos gorilas empotraban en una limusina, que

Jac et le takeifa

Vuelvo a subir este video a pedido de sus autores, ya que al parecer ha sido desactivado. Son de Senegal y se llaman JAC ET LE TAKEIFA . Estos niños del Sol hacen una música relajante y no tan relajante, y tienen un compromiso con la excelencia. Estarán de gira por Europa entre abril y setiembre, y me invitan a compartir con ellos el fuego de Melpómene en su próximo concierto. Uno de los objetivos del Kosmonauta es difundir el trabajo de artistas emergentes, así que aquí va... ¡Thank you Anouk! Lo prometido es un hecho...