Shortbus


Chico ama a chico que se masturba en posición yogui. Sexóloga lo hace con su marido sobre un piano pero nunca ha tenido un orgasmo. Dominatrix domina-hombres porque no quiere hacerlo. Travesti cantante de music-hall está de vuelta de todos los paraísos e infiernos posibles. Reunión de chicas extrañas en una sala del Shortbus, club liberal donde la gente se ama/coge en todas las formas imaginables e inimaginables. Chico y chica hacen el amor en medio de una orgía y dan clases de orgasmo a mujeres solitarias. Un viejo ex alcalde de la ciudad inteligente y cachondo como pocos dice: “Nueva York es el único sitio donde las personas van para ser perdonadas”, y se deja abrazar por un hermoso chico gay. En Shortbus, nadie lo hace a espaldas de nadie. El planteo moral de esta película es francamente jugoso. Para empezar, todas las escenas de sexo son reales. Podrán sorprender, pero no ofenden. El autor ha sido lo bastante audaz como para sugerir que la infidelidad es innecesaria cuando hay plena satisfacción, y que la monogamia no es una cuestión sexual sino emocional. Esto le dá un patadón a los hipócritas, que confunden la monogamia con una etiqueta social y prefieren hacerlo indiscriminadamente a espaldas de su pareja, sea del sexo que sea. Que es la verdadera promiscuidad. 
Oh, sí… Shortbus es una buena película. No quiero imaginar lo que hubiera hecho Almodóvar con la misma temática.

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