III
Los primeros románticos se alzaron en defensa de los execrados por la razón, sin embargo, gustaron de la pose de víctimas, ya que les proveyó un excelente y excéntrico elemento de diferenciación, en un mundo donde la individualidad aún no era premiada. Quizás en sus comienzos la justicia social guiara sus plumas, pero fueron seducidos luego por la justicia poética, sucumbiendo a ella. Sellaron así los postigos de la modernidad, definitivamente.
-Andrea Hoare Madrid (2001)
------------------------
He hicieron buen trabajo. Creo que han conseguido que ya nadie más se suicide. (HdA, 2008)
Comentarios
CHINCHU
El romántico, que se consideraba un ser sensible y refinado, se proyectaba con unos determinados ademanes que afectaban tanto al talante como al comportamiento. Existían unos signos externos que denunciaban la presencia de un romántico: extrema delgadez (Lord Byron seguía rigurosas dietas), palidez (bebían vinagre para conseguirla), cuidado de las manos, amplitud de la frente... En el vestuario utilizaban todo aquello que tendiera a la elevación de la figura: sombreros de copa, colores oscuros (casi siempre negro), frac, levita... Las mujeres usaban gasas, sedas, tules y vestidos lujosos que estilizaban la silueta. En decoración y arte: flores (el jazmin sobre todo, era su flor predilecta), candelabros, visillos, instrumentos musicales por todos los rincones de sus lujosas casas, pinturas de paisajes y retratos... y en la calle se tendía a construir paseos y bulevares, columnas y grandes balcones.
Quizás sólo Goethe fue sinceramente romántico, los demás buscaban una decadencia artificiosa y se subieron al carro de la moda.
(Goethe: ¿quién crees que acuñó el síndrome de Werther?)