Las plantas desde casa
Asisto
decepcionada al escaso interés que despiertan las plantas maestras en el país. Lamentable el desconocimiento y el manto de censura que se tiende
sobre ellas. Lamentable el abandono institucional de los pueblos originarios,
con más razón de sus usos y costumbres, incluida su religión. No es de extrañar
entonces que ni se conozcan los beneficios de los plantas maestras, y se las
lea desde el prejuicio producto del desconocimiento o la ignorancia. Y esto en
el mejor de las casos, ya que lo normal es ignorar
totalmente su existencia. Lamentable -e insólito- que yo haya llegado a
conocerlas en Europa, y justo en el país que en su momento arrasó con el
nuestro. No se vaya a malentender lo que digo: celebro que muchos españoles
actuales no ignoren el saber de nuestros pueblos originarios; que lo conozcan
más que muchos de nosotros ya es el colmo. Lo que no me gusta nada es que el
uso de las plantas se haya convertido en otro foco de colonización. Son nuestras
plantas, crecen aquí, pero casi no las conocemos. Cuando hablo sobre ello me
siento india en tierra extranjera, y esto es triste y absurdo. No podemos
criticar al colonizador cuando -por la razón que sea- nosotros no somos capaces
de defender nuestro patrimonio natural y cultural.