Estaba pensando en la usura del pequeño propietario, y no en la de los bancos o las grandes corporaciones. Acá en Argentina hay una percepción del inmigrante francamente nefasta. Lo sé de buena fuente, ya que soy hija de uno. A mi padre, en los 60, le llamaban "tano pata sucia" (así les llamaban a muchos despectivamente, sólo por venir de Italia) y yo me crié con el estigma de ser hija de un tano. Eso de que somos "solidarios" refleja un deseo, y no una realidad. Pero ésta es tierra de colonos. Una especie de far-west muy al sur del mundo, con tierra pa´tirar pa´rriba que cuatro inescrupulosos compran y venden como si de canicas de tratara. Para que se entienda: el que hoy compra a 10 en Argentina, el año que viene vende a 20. Y a veces, a 30. Esto es como la fiebre del oro, siempre ha sido así. Y nadie dice nada. Se ha normalizado la usura. Cuando lo comentás, algunos llegan a decirte incluso que es lógico. La usura se ha vuelto parte del logos nacional. Hay...
Cuenta la leyenda que Eva fue creada de la costilla de Adán y que, desobedeciendo la orden de Yavé, arrancó la manzana prohibida, la mordió, y se la ofreció a su pareja, que también mordió, con lo cual los dos fueron privados para siempre de sus eternas vacaciones en el Paraíso. La leyenda cristiana en su versión catequista se atreve a afirmar, inclusive, que Adán y Eva iban cubiertos de hojas de parra y que, una vez mordida la manzana, perdieron toda su inocencia y ya nunca más volvieron a vivir como hermano y hermana, sino como hombre y mujer. A Eva se la sentenció a parir sus hijos con dolor, a cocinar para toda su progenie y a hacer la colada por el resto de sus días -un destino que recayó sobre todas sus hijas hasta mediados del siglo XX- y Adán tuvo que buscarse las habichuelas con el sudor de tu frente a fin de dar de comer a la prole y construir un refugio de cal y canto para toda su familia. Poco se habló de Lilith, no obstante, y es injusto porque fue la primera mujer de Adán...
En un artículo de la revista El guardián , el crítico de arte Adrian Searle se preguntaba qué debemos esperar de la cultura norteamericana. Reproduzco parte del artículo que fue publicado el año pasado por El Cultural del diario El Mundo. La negrita es su texto y el resto es mío: Debería haberme recordado a mí mismo la escasa respuesta a la situación del arte británico últimamente. Sin embargo, igual que hice cuando visité la Bienal del Whitney en Nueva York esta primavera, acudí a todas estas exposiciones con la esperanza de encontrar no sólo un poco de controversia y malestar cultural, sino un arte que reaccionara ante la presente situación, ante la usurpación que se está cometiendo con nuestras libertades personales, el clima de desconfianza y terror, los dobles raseros morales que se están aplicando, y la erosión del contrato social, que se está convirtiendo en algo mucho más mezquino. Quizá pedía demasiado. (Simple, amigo. Tanto el arte norteamericano como ...