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El abrazo de la serpiente

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 Al fin he visto El abrazo de la serpiente, una cinta en blanco y negr o dirigida por Ciro Guerra en coproducción con Venezuela, Colombia y Argentina. La película -ambientada en la Amazonía colombiana- narra las aventuras de los investigadores Theodor Koch-Grünberg y Richard Evans Schultes, persiguiéndose el uno al otro a través del tiempo, mediante un único nexo coordinante: el chamán Karamakate, último de su linaje, y paradigma doliente de las etnias extintas a causa de la colonización. El visionado de la película me hizo pensar en algo que escribí hace poco sobre la patria como concepto importado del continente colonizador. En ella se llega a mostrar la esclavización del nativo durante la llamada “Fiebre del caucho”, donde empresas europeas   encontraron en la Amazonía una verdadera mina de oro para la producción de cubiertas, en los primeros años de la industria automotriz.   Es llamativo que en la película se hable de “los colombianos”, no como nativos y dueños de “la p

Negros de mierda

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Me pregunto cuándo fue que empezó, aunque supongo que lo digo sólo como para romper el hielo. Para comenzar a escribir lo que no desearía tener que escribir, aunque lo lleve masticando desde hace tiempo, y en silencio, sin la esperanza de que lo que yo llegue a decir pueda cambiar alguna cosa. Porque sabemos que no va a pasar. Sabemos que ya era así cuando llegamos, y que a nadie se le ocurre pensar nunca que vaya a ser diferente. Porque no hay registros de que alguna vez haya sido distinto. Un tropel de palabras que se repiten, de conceptos desaguados -o más bien desangrados- que al hablarse dibujan círculos viciosos, vueltas del perro bajando directas al abismo. Un abismo cuyo fondo ignoramos porque de tan hondo nadie lo puede concebir. Pero sabemos que está, que baja, que ése ha sido y será siempre nuestro sino, el destino que habitamos sin imaginar un viraje, o acaso un cambio de dirección… Entonces, ¿para qué vas a pensar? Ya hemos olvidado cuándo fue que dejó de importarnos e

Razzia

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No, no dan ganas de vivir en un mundo donde hacer una fiesta está prohibido y los mismos que por sangre tienen derecho a reunirse, aprueban la razzia. No, no dan ganas de seguir viviendo. No dan ganas de vivir en un mundo donde el brindis de unos vale y el de otros es clandestino. Donde se naturaliza un nuevo concepto que seguramente irá al diccionario: "fiesta clandestina". Intercambio de pieles, fluidos, carne, miradas, sonrisas, calor, vida, dos millones de años para aprender qué hacíamos con el amor mientras el otro se rompía una pierna y se quedaba en la estacada. No dan ganas de seguir viviendo en el mundo donde la vida se ha vuelto clandestina. Donde las ovejas sangrantes quedan clavadas en el alambre de espino y sonríen cuando alguien les hace una selfie. No dan ganas de seguir viviendo en un mundo donde los mismos que aprueban la razzia, aprovechan para condenar el aborto y el feminismo, a "esas feminazis" que lo son porque ya tienen el coraje de

Derecho de inmunidad

  ¿Es responsable "mantener la distancia social" aunque esto suponga que la gente se muera de tristeza por falta de calidez y de afecto? (la distancia afectiva acorta la vida y está probado) Alfredo Moffat dijo, muy sabiamente, que los solos, en esta situación, "están liquidados". Pero sigue la ordenanza civil de mantener las distancias, y si alguien protesta lo ignoran con silencio. Como ha pasado con mi último post. ¿A alguien le importa la gente sola, o van a culparla también de su condición? Recordemos que la ordenanza apunta a eso, a estar solos. ¿Por qué entonces las familias aparecen en las selfies sin barbijo y todas amontonadas? ¿El parentesco inmuniza? ¿Sería una nueva forma de endogamia social? ¿O abrazar a la abuela no la pone en peligro porque soy su nieta y mi condición la inmuniza? ¿Se entiende lo que digo, verdad?   Por lo visto, hay categorías de personas. Y esto ya venía pasando antes del virus. El virus no ha hecho más que confirmar lo que nos v

Ni aunque te mate

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  El sueño de los machos es inversamente proporcional a la naturaleza, donde el óvulo siempre es uno y los espermatozoides, multitud... Sin embargo, algunas mujeres son capaces de dejarse el pellejo con tal de cumplirles el sueño de la conejita a pedido. -Susu Madrigal Siempre te creiste la niña bonita. Ya de piba te gustaba que te miraran y andabas loca por los pibes más grandes, a los que provocabas dejándote crecer el pelo hasta la cola para echárselo en la cara cuando te vieran pasar. Ahí va la morocha, con su minifalda mítica. Trece años que parecían como quince. A los doce te encerraste en el baño frente al espejo que rompió tu papá cuando supo que tu mamá iba a dejarlo, y te probaste la ropa que ella nunca se llevó. Ajustaste todas sus polleras a la curva de tu cintura y las hiciste coser por la modista, que te cobró un ojo de la cara porque tenían que parecerse a los modelos de marca que venden en el centro. La plata se la robaste a tu papá y con gusto, que se joda por haberle

Un cuento alienígena 👽

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   Mientras volvían de la Tierra, un alien le contaba a otro: - Vos sabés que los terrícolas tienen una cosa que se llama religión, en la cual el Creador es un chabón que les habla a través de un libro, pilotea una nave muy parecida a las nuestras, le gusta la carne de animal, manda matar legiones enteras de pueblos y les da la orden de diezmar. ¿Sabés lo que es diezmar?   - Sí, matar gente, algo que hacíamos en la era arcaica - le contesta el otro alien, con cierto prurito. - No, no... -aclara el primero -. Diezmar es otra cosa. Es entregar el 10% de tus ganancias a los humanos necesitados, en caso de que seas un humano pudiente. La realidad es que en vez de entregar el 10%, los tipos diezman simbólicamente, regalando lo que les sobra a los pobres, que en realidad nunca a llega a representar el 10% de lo que ganan, sino el... 0,0000001% de sus ganancias. O así.   El alien que conducía estaba perplejo. - ¿Y de qué les sirve eso? ¿Para qué lo hacen? ¿No les convendría vivir

Malatesta

Los individualistas suponen o hablan como si supusieran que los comunistas (anárquicos) desean imponer el comunismo, lo que naturalmente los excluiría en absoluto del anarquismo.  Los comunistas suponen o hablan como si supusieran que los individualistas (anárquicos) rechazan toda idea de asociación, desean la lucha entre los hombres, el dominio del más fuerte – ha habido quien en nombre del individualismo sostuvo estas ideas y otras peores aún, pero a tales individualistas no se les puede llamar anarquistas –, y esto los excluiría no sólo del anarquismo sino también de la humanidad. Érico Malatesta. Pensiero e Volontà, 19/7 de 1924