Hipatia, la bruja
El nombre de Hipatia lo escuché por primera vez en boca de una vieja amiga argentina. Me habló de ella con admiración, casi como si hablara de una madre remota, pero me parecio que, aún hoy, en ciertas sociedades su historia sigue estando vigente. Hablar de Hipatia es hablar de la Biblioteca de Alejandría; de hecho se dice que ella fue la última científica que trabajó en la famosa biblioteca, cuya desaparición sigue estando teñida de confusión, ya que a ciencia cierta no se sabé quién la destruyó, si es que realmente la destruyó un incendio, o si acaso el supuesto incendio pudo ser la coartada perfecta para el mayor saqueamiento intelectual del mundo antiguo. Algo así como “nada, ahora incendiamos el puerto, creamos la confusión y mientras la chusma mira el fuego nos robamos un medio millón de papiros”. En ese caso, el incendio tuvo que ser todo lo bastante importante como para que esta gente (¿los moros?¿los cristianos?¿quiénes?) tuviera tiempo de robarse todo y esconder ba