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Instructoras de vuelo de brujas aprendizas

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A mi madre, señora de las Nostalgias Curiosa la metamorfósis que sufre el útero de la mujer cuando llega al climaterio. Según la Medicina Tradicional China (gracias, Coral, por tu valiosa clase en la terraza de Mirta), al llegar a esa edad, el útero -que como sabeis tiene la forma de una pera invertida- comienza, literalmente, a darse la vuelta. El período que tarda en dar una vuelta de 90 grados, puede durar años. Esto explica los cambios que se producen tanto a nivel biológico como emocional. El útero ha movido el mundo desde siempre, así que es justo que llegado el momento, pues decida “mover”, como decía un amigo mío cuando quería marcharse. Quizá sea el mejor momento de la vida, pero la cultura occidental se ha empeñado en hacer acopio de la productividad, y pareciera que una mujer que deja de “producir” (en sentido reproductivo) se vuelve descartable. Esta sorprendente rotación del útero explica el por qué de los famosos “sofocos”, los desequilibrios hormonales, la sequedad vagin

Teresa del siglo de los locos

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Vaya con Teresa. La pequeña Teresa, la atormentada Teresa, la Teresa nacida y renacida de la simiente etérea de Jesús. La Teresa envasada al vacío en su traje de novicia salvaje; la herética, obstinada, valiente y alienada Teresa, locamente enamorada de la Santa Sangre que limpiaría su vergüenza. Parece ser que Teresa había perdido la virginalidad -algo imperdonable en pleno apogeo del cinturón de castidad y encayolamiento del clítoris- y que, para santificar su vergüenza, se enclaustró entre las cien paredes de un convento. Sucedió en Ávila, en 1533. Cuentan que Teresa se durmió durante cuatro días, que se la declaró muerta y que volvió de entre los muertos, siendo su padre testigo del incidente. Con la carne rota por los heridas que ella misma se infrigía -¿por amor a la divinidad, por el placer morboso que le producía el martirio de la carne vedada, o por el ansia de revivir una y otra vez la martirizante petit-mort que alivia el corsé de la culpa?- Teresa escribiría con

Umbral de la lucidez

He aquí una vieja nota que Francisco Umbral (mala leche y excelente escritor por partes iguales) escribió para El mundo (Los placeres y los días) en abril de 1994. Yo supongo que ya os habeis duchado y desayunado ¿verdad?, porque el enérgico y nunca más justo berrinche del amigo peliblanco (que sonará a cachetazo a todos los que tengan más de medio siglo en el corazón) está escrito con puño y sangre y no aguanta bostezos. En caso de que todavía no hayais ido al baño ni desayunado, recomiendo que mejor lo dejeis para otro momento y que paseis al siguiente post. Releyendo estos viejos artículos una acaba comprendiendo por qué le dieron el Cervantes a este hombre: además de escribir bien, piensa, lo cual ya es mucho pedir en un escritor de hoy en día. Y dice: Los viejos no dimiten y los jóvenes se suicidan. Son dos maneras opuestas de entender este mal rollo. Los carrocísimos de la corrupción, en España y otros sitios, aguantan la vergüenza, el insulto político, el mierdeo y la guerra, la

Por si las moscas

Hoy mientras escribía en el codichoso azulejo apareció, se filtró, se materializó de forma inexplicable (ya que tenía todas las ventanas cerradas, o eso creía), una mosca. Mejor dicho, un moscardón. Aunque ahora que reviso el diccionario me entero de que el moscardón es o puede ser una mosca cuyas larvas se crían en el estómago de algunos mamíferos, especialmente caballos y asnos y por aquí esa fauna es prácticamente inexistente, pues diré que en realidad no entró un moscardón, sino un moscón, que es una mosca algo más grande de la normal y corriente mosca de cualquier hijo de vecino, pero que además zumba, y zumba de un modo tan insoportable que por muy grande que sea tu adicción a las pantallas, pues saltas de la silla y vuelas a coger el Raid mata moscas y mosquitos, que ya sabemos que los mata bien muertos. Y como todo ser humano mayor de cinco años y con una larga experiencia de convivencia con estos seres insignificantes que zurcan la quinta dimensión del aire, yo sabía que cuand

Adriana Varela, tanguista: al rescate de la pulsión gregaria

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Esto es algo que encontré por ahí y que me gustó: “El tango está pasando por el mismo fenómeno por el que pasó hace añares el jazz. El mundo se apropió del tango, hoy es universal, ya no nos pertenece. Y el fenómeno se dio con más polenta todavía que el del jazz. Además, el tango responde a esta necesidad imperiosa de estar con otro, esto que es tan complejo hoy en día, estar acompañado. El sistema nos vendió espejitos de colores y nos dejó solos con una computadora, por decirlo primariamente. Y el tango es esa tijera que separa el mundo individualista o hedonista del mundo acompañado, el de un chabón cazando a una mina de la cintura, o a un tipo, no importa. Hay algo fuerte que se produce en el rito de la danza. El tango es pulsional, no pasa por lo intelectual, tiene que ver con el eros. Los grandes filósofos hablan del tango como fenómeno erótico. Eso es lo que ven los extranjeros y nosotros no, porque lo tenemos tan cerca.”Lo dijo Adriana Varela. Gran valor.Esto es algo que encontr

Poliandria: mujeres con + de un marido

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Muchas mujeres de una región remota de la India protagonizan una ancestral costumbre en vías de extinción: la poliandria. Los hermanos varones aceptan compartir esposa para no dividir la tierra familiar Taro tiene 36 años y está casada con los hermanos Musha, de 45 años, y Dalau, de 37. Juntos tienen cuatro hijos. Sentada con las piernas cruzadas en el suelo de su casa y fumando un cigarrillo casero, cosa que las mujeres sólo pueden hacer en su aldea, Laxmi se ríe a carcajadas. Tiene 40 años y tres maridos... Hemos llegado a un lugar conocido como El Interior, una zona extensa y tranquila en el corazón del Himalaya. Ésta es una de las últimas regiones del mundo donde persiste la antigua práctica de la poliandria, el matrimonio de una mujer con varios hombres, casi siempre hermanos. Kuwanoo es una de las aldeas más grandes de la zona; se encuentra a unos 100 kilómetros de la ciudad india de Dehra Dun, antiguo bastión Raj que presume de selectos colegios públicos y prest

La chica de cartón piedra

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Cada vez que se mira al espejo, la chica de cartón-piedra siempre se ve gorda. Ha bajado de los 65 kilos a los 60, de los 60 a los 55, de los 55 a los 50 y de los 50 a los 45. Y a pesar de que cada vez se parece más a los maniquíes que ve en los escaparates, ella se sigue viendo gorda. ¿Quién va a quererla así?¿Quién va a mirarla, si ella misma siente repugnancia cuando se mira al espejo? El ojo del que mira sólo ve en ella una bola de carne informe sin sexo ni edad y ningún atractivo, alguien que desea convertirse en otra cosa. En cualquier cosa, menos en lo que es. PeRo, ¿QuÉ sE EsCoNdE DeTrÁs dE toDa eStA pArAfErNaLiA? SeR OtRa. O No SeR. La chica de cartón-piedra quiere ser delgada. Delgadísima. Quiere ser como Keira Knightley. Parecerse a Paris Hilton. Estar hecha de cartón-piedra, de fibra, de plasma o de celuloide. Engrosar el listado de criaturas de Aushwitz que pululan por Internet bajo los titulares de anorexia.com. Odia la carne que hay sobre sus huesos. Odia l

El arte de vender buzones abiertos y cerrados

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"El hombre del año" no será una buena película, pero tiene un par de comentarios de lo más jugosos. El primero lo pronuncia Jeff Goldblum, que en la ficción es el presidente de la Delacroy, una empresa encargada de realizar el conteo de los votos en las elecciones presidenciales mediante un sistema innovador que al final acaba fallando: La percepción de la legitimidad es más importante que la propia legitimidad en sí , le dice en tono de amenaza a Laura Linney, la trabajadora que descubre el fallo. La otra frase la suelta Christopher Walken, el manager de ese gran comediante (Robin Williams) que por un error de sistema es elevado a presidente: La única diferencia entre la verdad y la ficción es que la ficción tiene que ser creíble.  Los dos hablan más o menos de lo mismo, y resulta irónico, si pensamos que el primero es un empresario sin escrúpulos, y el segundo un hombre del espectáculo. Al cínico razonamiento del primero se le añade la frase no menos cínica del

Guayasamín

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Pintar es una forma de oración al mismo tiempo que de grito. Es casi una actitud fisiológica, y la más alta consecuencia del amor y de la soledad. Guayasamín pulsa una cuerda terrestre. Photo/post: Oswaldo Guayasamín, Ternura . Óleo s/lienzo.

Shortbus

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Chico ama a chico que se masturba en posición yogui. Sexóloga lo hace con su marido sobre un piano pero nunca ha tenido un orgasmo. Dominatrix domina-hombres porque no quiere hacerlo. Travesti cantante de music-hall está de vuelta de todos los paraísos e infiernos posibles. Reunión de chicas extrañas en una sala del Shortbus, club liberal donde la gente se ama/coge en todas las formas imaginables e inimaginables. Chico y chica hacen el amor en medio de una orgía y dan clases de orgasmo a mujeres solitarias. Un viejo ex alcalde de la ciudad inteligente y cachondo como pocos dice: “Nueva York es el único sitio donde las personas van para ser perdonadas”, y se deja abrazar por un hermoso chico gay. En Shortbus, nadie lo hace a espaldas de nadie. El planteo moral de esta película es francamente jugoso. Para empezar, todas las escenas de sexo son reales. Podrán sorprender, pero no ofenden. El autor ha sido lo bastante audaz como para sugerir que la infidelidad es innecesaria cuando h

La vida de los otros, de Florian Henckel-Donnersmarck

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Dir. Florian Henckel-Donnersmarck (Oscar 2006 Mejor Película habla no inglesa) Tres personajes: HGW 20/7 es un funcionario de la STASI (organización de policía secreta de Alemania Oriental) que ha sido entrenado para interrogar y controlar a los posibles enemigos del régimen. Su entrega al partido y su eficiencia como verdugo son totales. Para conseguir que los sospechosos confiesen, no se vale del método de tortura más doloroso pero sí del que quizá sea el más efectivo: los interroga durante horas sin tocarles un pelo hasta que, vencidos por el miedo y rendidos de cansancio, sus víctimas ceden. Con el transcurrir de la historia, vamos viendo que HGW no tiene vida propia, ya que su existencia consiste en vigilar las vidas de los demás, tanto cara a cara como ejerciendo el espionaje a través de un sistema de escuchas. HGW es un hombre frío, triste, solitario y obediente, cuyo único aliciente en la estéril vida que lleva es su trabajo, y se nos presenta como el más exacto y ominoso pa

Mundo-cíclope

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El cíclope, de Tim Biskup . LA TENDENCIA A VERLO TODO DESDE UN SÓLO PUNTO DE VISTA

Yo quiero

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Quiero un hombre que no sea de cartón; vamos, que no vaya por la vida con la rigidez de quien tuviera la médula rellena de papel encolado. Quiero sus huesos expuestos a mi escáner sexual. Quiero un hombre que se le vea venir; y que llegue con sus pies, porque no quiero un BMW sino un hombre. Tengo un mic que resiste tormentas y huracanes, pero: quiero un hombre al que no le importe formatearme (¿técnico informático? noooo… es sólo una metáfora) ya que conservo mis drivers cuidadosamente guardados y no se pueden bajar por Internet. Quiero un hombre que no le tema a su sombra. Y que no se asuste con la mía. Quiero un hombre… cómo te diría, a quien le gusten las mujeres con carne sobre los huesos y las carcajadas estridentes. Le quiero con la voz rota y biorrítmos de búho. Es ImPrEsCiNdIbLe qUe AnTeS Se hAyA DeJaDo dEsLUmBrAr. Quiero un hombre que me engendre, y que se deje engendrar. Que le encante cocinar y comer en la cama los domingos por la mañana, y los lunes, y todos los